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Posts Tagged ‘Individualidad’

picobolivar1

Conozco a pocos de quienes pudiera decirse, en todo rigor, que son individuos. Que se aparten de mí los biólogos o psicólogos que ya se precipitan a corregirme. Me atedia la mediocridad de quienes piensan que basta reunir una serie de cualidades particulares para que la individualidad se ponga de manifiesto. El conjunto de tales singularidades bien pudiera preparar el terreno para ello, pero no es sino en el ejercicio y desarrollo de dichos atributos hasta sus últimas consecuencias que aparece la verdadera soberanía de una persona.

La individualidad está en peligro por la simple razón de que ella es, en sí misma, un peligro para el sistema. Llamo sistema a todo aquello que, creado por el hombre, ejerce su poderío para regir la vida de las personas e impone los códigos de conducta más allá de los cuales se corre el riesgo de merecer el escarnio público, la censura y la marginación. No siempre las normas que constituyen el deber ser de los miembros de una comunidad son explícitas. A menudo existen reglas tácitas, legitimadas por el hábito, que han de ser acatadas por todo aquel que desee pertenecer a la cofradía.

Vivimos bajo controles tan estrictos que muchas de las actividades que otrora eran consideradas subversivas o propias de espíritus rebeldes han sido estandarizadas tanto o más que las normas a las cuales se oponían. La habitual frivolidad de las charlas de discoteca y las arrogantes payasadas de muchos jóvenes aplaudidos por los miembros de su tribu se han convertido en una cuasi-institución cuyos primeros ímpetus se han echado al olvido y, por ende, su evolución se ha estancado. De hecho, cada día abundan más quienes no acuden a locales nocturnos para cumplir un propósito específico, sean cuales fueren sus necesidades de esparcimiento, sino para que su acto de presencia sea un fin en sí mismo. Se diría que ya no se trata de divertirse y pasar un buen rato, sino de que los asiduos del establecimiento noten su presencia y, por ende, les otorguen un reconocimiento en no sé qué jerarquía de la vida nocturna de la ciudad. Para muchos no tendría sentido hacer lo mismo ahí donde hubiere pocos o ningún testigo, pues la necesidad que prevalece es la de ser visto y secundado por la muchedumbre. Así, las manifestaciones de la contracultura imponen también un severo acatamiento de reglas implícitas y, en consecuencia, son absorbidas por el sistema. De ahí que un fenómeno como el primer Woodstock sea irrepetible.

No puede esperarse lo contrario de los usos y costumbres que son protegidos con celo por la sociedad en general. La democracia, más allá de los beneficios que comporta, es una doctrina política que amenaza la individualidad. El sufragio universal parte de la premisa de que la mayoría tiene la razón o, aunque no la tuviese, es preciso supeditarse a su mandato. En los países sudamericanos, donde el nivel de instrucción del grueso de la población es pobre, ¿cómo fiarse de una autoridad semejante? Si a eso añadimos la influencia de las estadísticas, la volubilidad de los ciudadanos tan dados a repetir matrices de opinión y la presión de los allegados, pareciera que fuese una minoría la que se ha formado su opinión por su cuenta.

Bombardeados a diario por los paradigmas de los medios de comunicación y la publicidad, por la superficialidad y la chapucería de tantos que nos rodean, no es de extrañar que se pague un alto precio por ser un individuo con ideas propias. Sin embargo, el precio que se paga por lo contrario es aún mayor: el fanatismo y la estupidez.

 

Diario Pico Bolívar. 15 de marzo, 2009.

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