Ella canta, la pobre,
en el vestíbulo sombrío.
Intuye una pesadilla
de gárgolas obscenas.
Ella canta, la pobre,
en vano corre la cortina
y asoma la cabeza
por la ventana de otrora.
Las gotas de lluvia
se deslizan por el cristal
y anochece en el alma
de la novia malamada.
Ella canta, la pobre,
en el vestíbulo sombrío
y cae el bouquet a sus pies descalzos,
ateridos de frío.
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