Entrevista de trabajo con la administradora del diario Pico Bolívar. Me ha dicho que desea que reemplace a una correctora del periódico durante un par de fines de semana de mayo. Me ha informado, asimismo, que le place que yo tenga experiencia en labores de corrección y transcripción puesto que la empresa está considerando prescindir de los servicios de un empleado en ese departamento. Sea como fuere, aún no se ha tomado una decisión definitiva al respecto.
Ana Isabel ha empezado a mejorar de los brotes en la piel, pero ha caído enferma con una gripe. Yo la he contraído también, me he pasado el día sonándome la nariz y, al caer la tarde, he sentido un malestar tal que a duras penas puedo escribir esto. Los ojos me arden y me cuesta fijar la vista en el papel. Hace algunos días que devoro El escritor y sus fantasmas—que me obsequió Ana Isabel—y Antes del fin de Sabato. Hoy se ha publicado mi ensayo José Lezama Lima, la palabra inasible en la revista Arteliteral. No he tenido cabeza, como bien se echa de ver, ni para un artículo de opinión ni para reflexiones más profundas en estas páginas de mi diario. Y mucho menos, claro está, para una obra de cierta envergadura. En el transcurso de esta semana, me quedaré sin blanca. Paciencia.
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